Bendiciones para todos en este día.
Cada día vamos ganando más sabiduría espiritual, conociendo a los Santos y sus experiencias de vida.
También descubrimos cómo los santos lograron superar grandes retos gracias a la intercesión de nuestra Madre Santísima, La Virgen María.
Por ello, si queremos ser santos necesitamos cultivar esa preciosa amistad y devoción hacia la Madre del Cielo y entrar por esa puerta dichosa hasta la Presencia de Dios.
Conozcamos entonces, los santos que hacen parte de nuestro catálogo divino y se recuerdan hoy 24 de mayo:
María Auxiliadora; San Mánahen, profeta y doctor de la Iglesia de Antioquia; San Sérvulo de Trieste, mártir; San Simeón Estilita el Joven, presbítero y anacoreta;
San Vicente de Lérins, presbítero y monje; San Zoelo de Listra, mártir; Beato Felipe de Piacenza, presbítero; Beato Juan de Prado presbítero y mártir, y Beato Luis Ceferino Moreau, obispo.
En este día especial, conoceremos una advocación mariana muy difundida por las congregaciones salesianas, pero que es mucho más antigua y con una interesante historia.
Es la advocación de María Auxiliadora.
Como Madre del Redentor, por fuerza y mérito de la corredención, los católicos la contemplan como la ayuda de la humanidad necesitada de redención; lo es también de cada persona, al considerarla la Madre espiritual de todos.
Oremos a nuestra Santa Madre Auxiliadora con esta plegaria de Don Bosco, para pedir nuestra protección espiritual:
Oh María, Virgen poderosa,
grande e ilustre defensora de la Iglesia,
singular auxilio de los cristianos,
terrible como un ejército ordenado para la batalla,
Tú sola has triunfado de todas las herejías del mundo.
Oh Madre, en nuestras angustias,
en nuestras luchas, en nuestros apuros,
líbranos del enemigo y en la hora de la muerte llévanos al cielo. Amén.
En la lucha contra el mal, María representa esa enviada del bien, que enfrenta esas fuerzas permitiendo a la Iglesia perseguida, verse libre de las asechanzas que le alejan de la santidad con el poder de Dios.
Nuestra vida espiritual es ciertamente un combate, pero no estamos solos en esa lucha.
La presencia protectora de María en nuestras vidas, representa la misericordia de Dios que está activa y vigilante en su proyecto de encaminar nuestras almas hacia la patria celestial.
No desfallezcamos en el intento y en las dificultades digamos:
María Auxiliadora,
Ruega por nosotros.