Bienvenidos.
Estamos cordialmente invitados a elevar nuestros corazones al cielo, escuchando el Catálogo divino.
Hay mucha riqueza en la vida de una persona para compartir; su manera de enfrentar los problemas, las alegrías que llena su corazón; los errores que tiene que superar implican una obra de arte cuya belleza refleja la acción de dios en el corazón del hombre y la grandeza que este compartir, significa.
Nuestra vida es maravillosa, simplemente por el hecho de venir de las manos de Dios.
Disfrutémosla día a día y pidamos a los Santos que nos ayuden a siempre caminar por el sendero que Dios nos demarca con su amor.
Conozcamos a los santos que en este día, nos dan su luz maravillosa.
Hoy, 3 de mayo, la Iglesia colombiana da relieve a la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz y también recuerda a los siguientes campeones de la fe:
Santos Felipe y Santiago, Apóstoles; San Ansfrido, Obispo; San Conleto, Obispo; Beato Eduardo José Rosaz, (Revisado fuente) Obispo; Beata Emilia Bicchieri, virgen; Santos Evencio, Alejandro y Teódulo, Mártires;
San Juvenal de Narni, Obispo; Beata María Leonia Paradis, virgen y Fundadora; San Estanislao Kazimierczyk, presbítero; San Teodosio de Pecersk, abad; Santos Timoteo y Maura, Esposos y Mártires; Santa Violeta de Verona, Virgen y Mártir.
Hoy, conoceremos una impresionante historia de dos recién casados que dieron testimonio de su fe hasta dar su vida por Cristo.
Ellos son: Santos Maura y Timoteo.
Señor, Tú nos has llamado a fundar juntos esta familia; danos la gracia de animarla con tu amor; que sea una familia que conforte a los que viven en ella y que acoja a los que a ella se acerquen.
Enséñanos a progresar el uno por medio del otro, bajo tu mirada; a cumplir tu voluntad todos los días de nuestra vida; a someterte nuestros proyectos; a pedir tu ayuda; a ofrecerte nuestras alegrías y nuestras penas; a guiar hacia ti los hijos que nos des. Señor, tu eres amor; nosotros te damos gracias por nuestro amor. Amén.
Una de las formas más efectivas de fortalecer los matrimonios es la oración en pareja.
En esa acción diaria de fe y comunión, los esposos cuidan responsablemente de la estabilidad y el bienestar de su hogar.
Orar es una manera de reconocer nuestros límites y nuestra dependencia de Dios.
Por ello, cuando los esposos oran juntos, llevan su realidad a la presencia de Dios y pueden recibir las gracias necesarias para afrontar los retos de cada día y verse sostenidos por la providencia divina para todas sus necesidades.
Así, el amor se construye sobre la verdad y la confianza.
Además, si alguno está cansado o desanimado, el otro puede motivarlo a seguir adelante, y se propician espacios para la comprensión y el perdón mutuo, que son fundamentales en la convivencia de pareja.
Si los esposos son constantes en la oración, Dios que es el amor mismo, los mantendrá siempre unidos.
Santos Timoteo y Maura,
¡Rueguen por nosotros!