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Esta vida es corta para todo el bien que podemos hacer.

Por eso se dice que: el tiempo perdido los santos lo lloran, porque cada día puede ser una oportunidad para reparar lo dañado, para construir los sueños, para aprender y enseñar, para compartir lo bueno que tenemos en el alma…

Y para ello cada minuto cuenta.

Pidamos a los santos que nos ayuden a dar el valor a nuestro tiempo y no permitamos que pasen días grises donde no hemos hecho algo por el bien de otro y hemos perdido la alegría de dar amor.

Contemos para ello con los santos que se recuerdan hoy, 13 de junio.

Ellos son: San Antonio de Padua, presbítero, San Fandila de Córdoba, presbítero y monje, San Aventino, mártir; San Ceteo de Amiterno, obispo; San Eulogio de Alejandría, obispo;

San Trifilio, obispo; Santa Aquilina, virgen y mártir; Santa Felícula, mártir; Beata María Ana Biernacka, madre de familia y mártir, y Beato Aquíleo de Alejandría, obispo.

Hoy conoceremos la vida de un santo que fue un gran predicador muy conocido en nuestra Iglesia  y que ha sido un gran intercesor, que con sus abundantes milagros despierta la fe de muchos católicos.

Él es san Antonio de Padua.

El pan de San Antonio es sinónimo de caridad y esta tradición viene de Otro milagro:

Tomasito, un niño de 20 meses que se ahogó en un pozo de agua.

La madre, desesperada, invocó la ayuda del santo e hizo una promesa:

Si obtenía la gracia - de que su hijo salvase la vida -, iba a darle a los pobres el mismo peso en pan que el peso del niño.

Y el pequeño, milagrosamente, volvió a la vida”,

Desde ese suceso se comparte con los pobres el pan que dan los oferentes agradecidos con un favor recibido.

El Papa Gregorio IX lo canonizó menos de un año después de su muerte en Pentecostés el 30 de Mayo de 1232. Es el segundo santo que se ha canonizado más rápido en la historia.

León XII lo llamó “el santo de todo el mundo” porque por todas partes se puede encontrar su imagen y devoción. Es patrón de los pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros.

Oremos a este apreciado santo:

San Antonio, glorioso siervo de Dios, famoso por tus méritos y poderosos milagros, ayúdanos a encontrar las cosas perdidas; danos tu ayuda en la prueba; e ilumina nuestra mente en la búsqueda de la voluntad de Dios. Ayúdanos a encontrar de nuevo la vida de la gracia que nuestro pecado destruyó, y condúcenos a la posesión de la gloria que nos prometió el Salvador. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Tener una pronta ayuda es una motivación segura para buscar la intercesión de un santo:

…y San Antonio ha ayudado a muchos.

Pero consideremos el gran milagro que puede suceder todos los días, si nosotros somos capaces de salir de nuestra comodidad para atender la necesidad de otra persona.

Seguramente Jesucristo, estará brillando de gloria en nuestro interior con más intensidad, a medida que damos de nosotros mismos con mayor entrega y desinterés, pensando en simplemente hacer lo correcto, lo bueno.

Allí es donde damos frutos de santidad, cuando dejamos de pensar en nuestro bienestar y buscamos el bien del otro.

Es el gran milagro, es la gloria de Cristo,

No dejemos de experimentarlo.

San Antonio de Padua

Ruega por nosotros.