Bienvenidos a un hermoso compartir de espiritualidad.
La galería de los santos nos espera para que la exploremos en nuestro catálogo divino.
Nuestra relación con Dios, siempre es un diálogo.
En la presencia de Jesús entre nosotros, Dios nos ha hablado, y nos ha expresado que nos ama infinitamente, que somos sus hijos.
Al recibir este mensaje de Dios, Él espera nuestra respuesta.
Los santos dieron su respuesta convirtiendo sus vidas en una solución para los problemas del mundo de su época y su realidad.
Por ello, no sólo se forjaron como personas, sino que, además, dejaron una huella de progreso y bendición para la humanidad.
Para aprender de ellos, conozcamos a los santos que en este día, 24 de enero, nos dan su ejemplo de vida.
Ellos son: San Francisco de Sales, Obispo; San Exuperancio, Obispo; San Feliciano, obispo; San Sabiniano, mártir; san Babila, obispo y compañeros mártires; Santa Xenia, virgen;
Beata Marie Poussepin, virgen y fundadora; Beata Paula Gambara Costa, viuda; beatos mártires Guillermo Ireland, presbítero, y Juan Grovey;
Beatos Vicente Lewoniuk y doce compañeros mártires y el Beato Timoteo Giaccardo, presbítero.
En la segunda temporada ya conocimos la historia de San Francisco de Sales, el santo de la amabilidad.
Y en esta ocasión, conoceremos a una beata que reconoció en las causas sociales de su tiempo, una oportunidad para hacer brillar la luz de Dios apoyando el progreso en la calidad de vida de las personas que la rodeaban.
Su trayectoria sigue adelante en una gran comunidad religiosa que sigue viviendo sus propósitos cristianos en medio de muchas obras apostólicas.
Ella es la Beata Marie Poussepin.
Para que no dejemos de lado, todo el bien que podamos hacer pidamos la gracia de ser caritativos:
Dios Padre de las misericordias que otorgaste a Marie Poussepin la gracia de una ardiente y activa caridad; concédenos que siguiendo su ejemplo, seamos testigos de tu verdad y sirvamos a Cristo en cada uno de nuestros hermanos y hermanas. Por el mismo Cristo, Nuestro Señor. Amén.
Muchos sueñan con ganar la lotería para ser generosos con los demás.
Nuestra beata, nos ha enseñado que para hacer el bien, no podemos empezar sino partiendo de nuestra realidad, con lo que tenemos concretamente.
También, siendo observadores atentos de la realidad del otro es que podemos realmente ayudar.
La caridad no consiste en dar cosas, sino en reconocer la dignidad del otro y recordarle la verdad sobre su ser, por encima de sus dificultades: que es un hermano nuestro y que compartimos con él, nuestros bienes y atención, porque su vida es valiosa y no está solo con sus problemas.
Dentro de él, está Jesús.
Beata Marie Poussepin,
Ruega por nosotros.