Sigamos abriendo los brazos a las bendiciones de Dios.
Nuestra fe es el puente para entrar en contacto con la eternidad.
Y por este puente, los santos lograron hacerse ciudadanos del cielo.
Por ello, los invitamos a explorar las páginas del Catálogo divino para que podamos, junto a los santos, enriquecernos con el tesoro de la fe.
Conozcamos a los bienaventurados que se recuerdan hoy, 22 de mayo.
Algunos de ellos son:
Santa Rita de Casia, Viuda y religiosa; Santa Julia, Mártir; San Athón de Pistoya, Obispo; San Ausonio de Angulema, Obispo; San Basilisco, Mártir; Santos Casto y Emilio, Mártires; San Domingo Ngôn, Mártir; San Juan de Parma, Abad;
San Lupicino de Verona, Obispo; San Lupo de Limoges, Obispo; Santa Quiteria, Virgen y mártir;Beata María Domenica Brun Barbastinis, virgen y fundadora; Beato Matías de Arima, Mártir; San Miguel Ho Dihn Hy, Catequista y mártir;
Beato Juan Forest, presbítero franciscano y mártir; Beato Pedro de Córdoba, religioso; Beatos Pedro de la Asunción y Juan Bautista Machado, Mártires y Beata Humiliana de Cerchi, abadesa. (it)
Hoy, pasearemos por la vida de una santa que lo fue en todos los estados de vida: como hija, como esposa, como viuda y como religiosa. Y es considerada “Patrona de los Imposibles”
Ella es Santa Rita de Casia
Oh Dios, quien en tu infinita ternura has sido bondadoso para escuchar la plegaria de tu sierva, Santa Rita, y otorgas a su súplica lo que es imposible a la vista, conocimiento y esfuerzos, en recompensa de su compadecido amor y firme confianza en Tu promesa, ten piedad en nuestra adversidad y socórrenos en nuestras calamidades; que el “no creyente” pueda saber que Tú eres la recompensa del humilde, la defensa de los sin esperanza, y la fuerza de aquellos que confían en Ti, a través de Jesucristo, nuestro Señor. Amen
Su oración, humanamente incomprensible, fue escuchada.
Rita buscó de todas las maneras, encontrar vías de reconciliación y paz ante los grandes conflictos que vivió.
Llena de piedad y amor a Dios, se esmeró en vivir la comunión y ayudar a que quienes la rodeaban la experimentaran.
No huía del dolor, sino que aprendió de Jesús a sobrellevarlo con amor y por ello, siempre obtuvo las bendiciones que pedía, aunque parecieran imposibles.
En esta época hay un milagro que nadie pide y que pareciera inalcanzable:
Que todos pudiéramos vivir en armonía y comunión; primero con nosotros mismos y luego con los demás.
Lo hacemos imposible, porque terqueamos en construir armonía sin desterrar el pecado del corazón.
Recordemos que de lo que sale del corazón habla la boca; y las palabras de reconciliación y paz, sólo provienen de un corazón con sus asuntos en orden.
Dios quiere llenar nuestra vida de milagros, pero no encuentra un corazón disponible para derramarse allí.
Abramos espacio en el nuestro.
Santa Rita de Casia,
Ruega por nosotros.