Dar la palabra y cumplirla aún en daño propio, es una característica del amor.
El amor es fiel y por ello no cambia de opinión a la primera dificultad, por ello se mantiene en sus compromisos.
De esa misma manera, vivieron los santos:
Aunque en muchas ocasiones tuvieron que sufrir mucho a causa de mantenerse en sus convicciones cristianas, su perseverancia y confianza en la misericordia de Dios, no se vio defraudada.
Oremos a estos valientes que pusieron toda su confianza en Dios, especialmente a aquellos que son recordados hoy, 17 de junio.
Santa Teresa de Portugal, reina y monja; San Alberto Chmielowski, religioso; San Antidio de Besançon, obispo y mártir; San Avito de Orleans, abad;
San Gondulfo de Bourges, Obispo; San Herveo, eremita; San Himerio de Amelia, Obispo; San Hipacio de Bitinia, abad; San Isauro, Diácono y Mártir; San Pedro Da, mártir;
San Raniero de Pisa, peregrino; Beato Felipe Pappon, presbítero y mártir; Beato Pablo Burali de Arezzo, obispo y Beato Pedro Gambacorta, Ermitaño.
La santa de hoy, vivió su fe cristiana en muchas facetas: fue esposa, reina, madre, y religiosa. Junto a sus dos hermanas llegó a la gracia de la santidad y es conocida como la flor de Coímbra.
Ella es santa Teresa de Portugal.
Es muy venerada tanto en Portugal como en León, donde llegó a ser muy querida por el pueblo leonés, porque tenía fama de prudencia y de inteligencia política, a pesar del poco tiempo que reinó allí.
Oremos a esta santa que quiso ser fiel a los compromisos de fe primero que a los de su país:
Oh santa Teresa de Portugal,
bajo tu protección nos ponemos,
enséñanos a construir la paz en nuestros hogares,
a compartir el pan de la justicia con los demás
y a distribuir la luz de la alegría a nuestros hermanos,
para que junto a ti podamos disfrutar de la Vida Eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor, Amén
En medio de tan difíciles desafíos, Teresa siempre antepuso los valores de la fe, aunque esto le significó dejar que su vida se desacomodara y sus proyectos se derrumbaran, para finalmente encaminarlos a la voluntad de Dios.
Comúnmente, la mayoría de nosotros hace al revés:
Primero, desea y proyecta y de último, cuando ve que no puede con todo, recurre a Dios.
Si ponemos primero como prioridad la referencia que Dios nos da para orientar nuestra vida, nuestras decisiones serán más certeras y al estar bien enfocadas, sus resultados prosperarán con mayor facilidad.
Así, se darán las cosas como dice san Pablo, que todo es para el bien de las almas que aman a Dios.
Por ello, antes de emprender un proyecto de Vida pidamos la luz a Dios para que aquello que decidamos sea realmente lo más conveniente para nosotros
Y no tengamos miedo en echarnos para atrás cuando una decisión sea contraria al querer de Dios…
Cada vez que busquemos al Señor, Él nos dará algo mejor que lo que dejamos.
Santa Teresa de Portugal,
Ruega por nosotros.