Listen

Description

Un día más caminando juntos hacia la santidad.

Es más fácil disponer el alma para ser santos como Dios es santo, si contamos con el apoyo de quienes nos acompañan y desean la misma meta.

Cuidarnos unos a otros, no sólo es para cuidar nuestra integridad del cuerpo; también es fundamental cuidarnos unos a otros, nuestras almas.

Por ello, no perdamos de vista cualquier ocasión para ayudar a los demás en su deseo de ser mejores y confiemos nuestras intenciones a la oración de otros:

Estar unidos en este anhelo del bien, nos hace más fuertes y agrada a Dios quien espera que nadie busque su salvación sin pensar en los demás.

Por ello, sigamos cultivando nuestra devoción a los santos e imitémoslos, para que también crezcamos en la gracia.

Y conozcamos a los santos que se veneran en nuestra Iglesia católica hoy, 21 de junio.

San Luis Gonzaga, religioso; San Engelmond, abad; San José Isabel Flores Varela, presbítero y mártir; San Juan Rigby, mártir; San Leufredo, abad; San Meveno de Gaël, abad;

San Radulfo de Bourges, obispo; San Raimundo de Barbastro, obispo; Santa Demetria de Roma, Virgen y Mártir; Beato Jacobo Morelle Dupas, presbítero y mártir y Beato Tomás Corsini, religioso.

Tenemos en nuestro catálogo divino, la historia del patrono y protector de la juventud. Fue tal la integridad de su vida que la Iglesia reza así en su día:

"Señor: ya que no pudimos imitar a San Luis en la inocencia, que por lo menos lo logremos imitar en la penitencia. Amén".

El es San Luis Gonzaga.

Oremos junto a este joven y ejemplar santo, una plegaria suya a la Santísima Virgen para pedir a ella nos resguarde de los peligros para el cuerpo y el alma:

Oh Señora mía, Santa María: hoy y todos los días y en la hora de mi muerte, me encomiendo a tu bendita fidelidad y singular custodia,

y pongo en el seno de tu misericordia mi alma y mi cuerpo; te recomiendo toda mi esperanza y mi consuelo, todas mis angustias y miserias, mi vida y el fin de ella: para que por tu santísima intercesión, y por tus méritos, todas mis obras vayan dirigidas y dispuestas conforme a tu voluntad y a la de tu Hijo. Amén.

Cuando hablamos de santidad y miramos nuestra vida, siempre recordamos cosas que no hubiéramos querido hacer.

Es necesario reconocer que aunque fuimos advertidos de muchas formas, el deseo de experimentarlo todo, hace que nos arriesguemos a dañar el cuerpo y el espíritu con nuestras decisiones.

Es fundamental dar a comprender a los niños y jóvenes cómo nos beneficia, no exponerse a sí mismo a los peligros…

… pero ellos no pueden comprenderlo, si no ven nuestro ejemplo o si no reflexionan acerca de las consecuencias de quienes han sufrido por no hacer caso.

A veces la mejor medicina es la precaución.

No seamos tacaños en el tiempo que destinamos para hablar con los jóvenes o aquellos que necesitan un buen consejo a tiempo.

Y cuidémonos unos a otros para que construir la santidad de una manera más fácil.

Dios quiere que nos salvemos en familia.

San Luis Gonzaga,

Ruega por nosotros.