Listen

Description

Que el Señor los colme con su paz y alegría.

 

Las cosas que provienen de lo meramente humano, ante la presencia de Dios toman un valor eterno.

 

Por ello, podemos decir, con toda tranquilidad, que nuestras pequeñas cosas le importan a Dios.

 

Es más, podemos decir que nada de lo que a nosotros nos avergüenza o nos mortifica, hace que Dios se aparte de nosotros.

 

Más bien se acerca más, porque Él desea ayudarnos, sanarnos, darnos crecimiento y libertad.

 

Los santos nos animan a confiar en Dios y por ello, les invitamos a conocer, más bienaventurados para aprender de su fidelidad a Dios, en nuestro Catálogo Divino.

 

En este día se recuerda de manera especial la fiesta de la conversión del Gran Apóstol San Pablo, de la que ya tratamos en otra temporada.

 

Sin embargo conozcamos otros santos que también se recuerdan en este día 25 de enero:

 

San Ananías, discípulo del Señor; San Agileo, Mártir; San Artemas, mártir; San Bretanión, obispo; San Palemón, anacoreta; santos mártires Preyecto, obispo, y Amarino; San Popón, abad;

 

Beato Enrique Suso, presbítero religioso; Beata Arcángela (Leonor) Girlani, virgen y fundadora; Beata María Antonia (Teresa) Grillo, viuda y religiosa,

 

Beato Antonio Migliorati, presbítero religioso; beato Manuel Domingo y Sol, presbítero y el Beato Antonio Swiadek, presbítero y mártir.

 

En este día, conozcamos a un gran místico alemán del siglo XIII que dejó unos escritos llenos de una alta espiritualidad.

 

Es el Beato Enrique Suso.

 

Pidamos al Señor, nos haga conscientes de: verdaderamente, qué significa ser cristiano, ser otro Cristo.

 

Señor Dios todopoderoso, que de entre tus fieles elegiste al beato Enrique Suso para que manifestara a sus hermanos el camino que conduce a ti, concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo, nuestro maestro, para que logremos así alcanzar un día, junto con nuestros hermanos, la gloria de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, Amén.

 

El Beato Enrique nos invita a tener una vida espiritual, que nos ayude a aferrarnos a Dios y a ser desprendidos de lo material y de aquello que es momentáneo, por obtener lo que es duradero:

 

Nos dio esta excelente enseñanza en esta frase:

 

“Un hombre sereno no ha de ocuparse a toda hora de lo que aún le falta; sino que ha de cuestionarse de qué más podría prescindir.”

 

Pensemos a qué nos aferramos y de que deberíamos desprendernos, para ser libres.

 

Puede ser el apego al dinero, a las personas, al prestigio, a tener siempre la razón…

 

No sabemos lo libres y felices que nos sentiríamos, si le damos su lugar a cada persona, objeto o circunstancia.

 

Pensemos qué debemos soltar y dejemos que el Espíritu nos colme de libertad.

 

Beato Enrique Suso,

 

Ruega por nosotros.