San Bernardo de Claraval - 20 de agosto
Religioso
Una vez más nos encontramos para contemplar en esta vitrina del cielo, muchos tesoros que van elevando nuestro corazón a Dios.
Estos tesoros de la Iglesia son sus santos, que de mil maneras y cada uno con su estilo, supieron llevar el mensaje del Evangelio y sobre todo, se dejaron llevar por el impulso divino a hacer bendecido cada minuto de su vida ofreciendo todo con amor.
Vayamos sin más espera a las páginas de nuestro catálogo divino para conocer a los santos que se recuerdan hoy.
Los santos venerados hoy, 20 de agosto son:
San Samuel, profeta; san Bernardo, abad y doctor de la Iglesia; San Filiberto, abad; Santos Cristóbal y Leovigildo de Córdoba, monjes y mártires; San Máximo de Chinon, monje; Beato Bernardo Tolomeo, abad;
Beatos Luis Francisco Le Brun y Gervasio Brunel, presbíteros y mártires; Beato Ladislao Maczkowski, presbítero y mártir, Beata María Climent Mateu virgen y mártir, Beata María de Matías virgen, y fundadora.
El Santo que hoy conoceremos fue uno de los hombres más influyentes del siglo doce con un carisma para atraer a todos a Cristo, como las abejas a la miel; este santo es San Bernardo de Claraval.
Dejémonos amar y sanar por Dios, y pidámosle a San Bernardo esa dicha:
Dios nuestro, que hiciste que san Bernardo se desviviera por la unidad y la paz de tu Iglesia y la iluminara con sus enseñanzas llenas de amor, haznos partícipes del fervor de su espíritu para poder vivir como verdaderos hijos tuyos Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.
San Bernardo también se preocupó mucho por mantener la unidad de la Iglesia y alzó su voz para llamar a la conciencia a los que habían dejado entrar a sus corazones, la mundanidad y la corrupción.
Enriqueció a los creyentes con su sencilla y piadosa explicación de las verdades de la fe, de manera que no se quedara en un frío ejercicio mental, sino que dispusiera a los oyentes a buscar en la oración su conexión con Dios.
No podemos transformar el corazón si seguimos viendo a Dios de lejos y lo dejamos encerrado en el Templo. Es muy fácil acercarse a Él, guiados por María.
Así, no nos quedaremos en la teoría, ni en una espiritualidad vacía que no toca la realidad.
Sólo quien se siente amado, más adelante es capaz de ayudar a superar conflictos, a crear comunión, y ese es el verdadero cristiano que realmente vela por el bien de otros como San Bernardo.
Para que nos dejemos atrapar por el amor de Dios digamos:
San Bernardo de Claraval
Ruega por nosotros