San Mauricio de Agauno - 22 de septiembre
Mártir Un saludo muy especial para todos aquellos que se encuentran en sintonía y que animados se aprestan a esta hora del día a abrir las páginas de nuestro catálogo divino, donde la vida y ejemplo de los santos nos anima a buscar y encontrar el sendero de la santidad. Las hermanas Trovadoras de la Eucaristía, desde la arquidiócesis de Nueva Pamplona les transmiten un saludo de paz y alegría, agradeciendo a Dios por esta nueva oportunidad que nos concede para iluminar nuestra existencia con la virtud y el testimonio de los santos que día a día llegan a nosotros a través de este catálogo. Y por eso, abrimos paso a todos los santos que con devoción recordamos en este día 22 de septiembre. Ellos son: San Mauricio de Agauno y compañeros mártires; San Ignacio de Sandone, Presbítero Capuchino; Beato Luis María Monti, religioso fundador; San Ignacio de Santhià, Presbítero; San Pablo Chong Ha-Sang, Mártir Laico; Santa Emérita de Roma, mártir. San Florencio, Obispo; San Emeramo de Ratisbona, Obispo y mártir; San Silvano de Levroux, Eremita; Beata María de la Purificación Vidal Pastor, Virgen y mártir; Santa Salaberga, Abadesa; Beato Enrique Canadell, presbítero y mártir; Santa Iraides, vírgen y mártir y San Lautón de Coutances, Obispo. En este día, vamos a ver un testimonio impactante que llega, no sólo de un hombre sino de todo una legión de soldados que aplicaron la palabra de Dios, expresada en los Hechos de los Apóstoles, Capítulo 5, versículo 29b: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.» Muy atentos escuchemos el testimonio de San Mauricio de Agauno y compañeros mártires. San Mauricio Tebano o de Agauno (llamado Morris en inglés, Maurice en francés y Moritz en alemán) es un santo mártir católico. Era el comandante de la legendaria Legión Tebana, y en su último cometido encontró la muerte, junto a toda la legión en Agauno, ahora la sede de la abadía de San Mauricio, en el cantón suizo de Valais. San Mauricio y sus compañeros, son Patronos de los soldados de Infantería y en los protectores de todos los reyes y soldados que emprendieron la defensa de la Iglesia ante los enemigos históricos que planearon destruirla. Pidamos a estos valientes soldados que, desde la eternidad, intercedan por nosotros, para que no nos dejemos desanimar por pequeñeces, y podamos luchar con gallardía por alcanzar la santidad: Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires San Mauricio y compañeros la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo: concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que, a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por ti, nosotros sepamos también ser fuertes, confesando tu nombre con nuestras vidas. Amén
San Mauricio y compañeros mártires
Rueguen por nosotros