San Otón
Obispo y misionero
Bienvenidos a este nuevo encuentro con el Señor, para mirar detenidamente, como todas las mañanas, este gran CATÁLOGO DIVINO, en el cual admiraremos la valentía y elocuencia de todos los hombres y mujeres que han alcanzado la santidad.
¡Sí! Así es, con este catálogo divino, vamos a revisar el inventario de nuestra Iglesia Católica Triunfante, de todos aquellos que ya habitan en la presencia de Dios y que gozan de su celestial gracia.
Y para empezar, busquemos la página que corresponde a este día, viernes, 2 de julio.
Hoy el calendario litúrgico nos indica que es FERIA LIBRE.
Oh, que interesante, pues a TODOS NOS ENCANTAN LAS FERIAS. Las luces, los colores, los dulces y la gran variedad que tenemos para disfrutar en una Feria, es algo incomparable.
No, tampoco. Eso no es así. En la Santa Iglesia, la feria libre no indica que nos vamos para una feria a comer algodón de azúcar (risas), lo que indica es que no hay una memoria, o una fiesta o una solemnidad que debamos guardar, así que la fecha se deja libre, para practicar alguna devoción de forma espontánea.
Ah, ya queda entonces bien claro, que la Feria libre nos da la apertura para poner en práctica nuestra vida devocional con la gran diversidad de oraciones que tenemos en la Santa Iglesia. El Santoral nos invita a orar y pedir la intercesión de: Santos Proceso y Martiniano Mártires, de la Beata Eugenia Joubert (Monja Francesa) de San Bernardino Realino Sacerdote, de San Otón obispo, del Beato Pedro de Luxemburgo Obispo, de los Santos Liberato y Compañeros Mártires, del beato Columba Kang Wan-suk y 7 compañeros Mártires Laicos, de los beatos Juan y Pedro Becchetti de Fabriano presbíteros.
Y, hoy, ¿De cuál de este ramillete de santos vamos a escuchar?
Hoy, en este Catálogo Divino, escucharemos la historia de San Otón, un obispo y misionero medieval alemán, que convirtió a muchos habitantes de la Pomerania al cristianismo.
¡Que admirable el valor de este gran Santo! Siempre se movió por un deseo sincero de vivir la Santidad y nunca permitió que tentación alguna lo apartara del Señor.
Realmente es INCREIBLE, como este gran santo RENUNCIÓ sin quejas ni murmuraciones a todas las cosas y aún a aquellas que él consideraba que eran buenas, como hacerse monje o no aceptar el obispado.
¡Cuanta falta nos hace en este mundo! Tener un poco más de docilidad. Por eso, pidamos a este Santo que, por su intercesión poderosa, todos alcancemos la meta de la vida eterna.
Señor, tú que colocaste a san Otón en el número de los santos pastores y lo hiciste brillar por el ardor de la caridad y de aquella fe que vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión, perseveremos firmes en la fe y arraigados en el amor, y, merezcamos así participar de su gloria. Amén.
San Otón, obispo y misionero:
Ruega por nosotros