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San Pamaquio de Roma - 30 de agosto

Senador Romano

Bendiciones para nuestros amigos que, junto a las Hermanas Trovadoras, van a abrir las páginas luminosas de nuestro Catálogo Divino, donde resplandece la luz de Dios, en las humildes lámparas de barro que son los santos y que llenan de alegría y espiritualidad, los corazones de quienes nos acercamos a ellos con anhelos del cielo.

Cada persona expresa de modos muy distintos, como comprende, las enseñanzas de Dios; pero luego, sus acciones se parecen a un uniforme, donde al vestirse de misericordia y humildad, lo identifican como discípulo de Cristo. ¡Ese es el gran equipo de los santos, que van ganando almas para Dios con su ejemplo y enseñanzas!

¿Qué tal si vamos a vitrinear en nuestro catálogo divino, para conocer los santos de este día?

¡Claro que sí! Hoy, 30 de agosto, recordamos las vidas de…

San Agilo de Rébais, abad; San Bononio de Lucedio, abad; San Fantino el Joven, eremita; San Fiacrio de Breuil, eremita; Santa Gaudencia, mártir; San Pammaquio, senador; San Pedro de Trevi, anacoreta;

Beato Alfredo Ildefonso Schuster, obispo; Beato Ghebra Miguel, presbítero y mártir; Beato Joaquín Ferrer Adell, presbítero y mártir; Beato Juan Juvenal Ancina, obispo y Beata María Ráfols, virgen.

En los primeros siglos, los santos se formaron en los ejemplos de sus formadores, imitando con mucha fidelidad los principios cristianos, pero también se alimentaban con abundancia de las Sagradas Escrituras, dando razón de su fe, ante las muchas corrientes que intentaban desviarla.

La forma de ser de los primeros cristianos se distinguía por compartir tanto los bienes como los conocimientos de manera que se procurara el bien común y la santidad de todos los hermanos.

Podemos aprender un poco de su experiencia primitiva, ¡hoy! a través de la vida de…. san Pamaquio.

San Pamaquio nació en la ciudad de Roma en el año 340. Fue un senador romano practicante de la fe cristiana.

En cualquier lugar, hay un cristiano bondadoso como Pamaquio, que desea traer alivio al que sufre, oremos para que nosotros también seamos descanso y bendición para los demás:

¡Señor, que tu Espíritu Santo encienda mi corazón de amor y me inspire diariamente actos de hospitalidad! ¡En este día, Señor, quiero unirme especialmente en oración por las víctimas de tantas necesidades, de tanta pobreza, de tanta injusticia! ¡Deseo, Señor, que sientan Tu presencia con una mirada mía, con una palabra amable, con mi oración, con mis gestos de ayuda! ¡Quiero unirme a Ti, Señor, recibiendo de Ti la fuerza para construir tu Reino en la ayuda al necesitado, para que el mundo con mis gestos sea más justo, solidario y fraterno ¡Sacude, Señor, por medio de tu Santo Espíritu mi corazón para que con ojos llenos de tu Buena Nueva me convierta en un apóstol de la solidaridad! Amén.

San Pamaquio

Ruega por nosotrs