San Roque - 16 de agosto
Peregrino
Demos gracias al Señor por una nueva oportunidad para vivir mejor, para amar más. Recordemos las maravillas que ha hecho el Señor, y, junto a los santos, por medio de sus enseñanzas tomemos de este día ¡un impulso hacia la santidad!
Cada santo tiene un don diferente y es hermoso y motivador ver como, con su propia manera de ser, y sus diferentes talentos, esparcen la bendición de Dios y reflejan su grandeza, sin dejar de ser auténticos y libres.
¡Eso es verdad!, es maravillosa la forma en la cual la fuerza del Espíritu Santo hace que brote de cada corazón lo mejor y que surjan respuestas de bondad en quien se abre al amor de Dios.
Por esto, los invitamos a abrir nuestro catálogo divino para conocer más historias motivadoras que nos inviten a mantener viva la llama de la fe:
El día de hoy, 16 de agosto, recordamos a:
San Roque, peregrino; San Armagilo, eremita; San Arsacio de Nicomedia, eremita; San Esteban de Hungría, rey; San Frambaldo de Le Mans, monje; Santa Rosa Fan Hui, virgen y mártir; Beato Ángel Agustín Mazzinghi presbítero;
Beato Enrique García Beltrán diácono capuchino y mártir; Beato Gabriel Sanchís Mompó, religioso y mártir, Beata Petra de San José Pérez Florido, virgen y fundadora; Beato Radulfo de Fusteia, presbítero; beatos mártires japoneses Simón Bokusai Kiota, catequista, y Magdalena, su esposa; junto a Tomás Gengoro, su esposa María, y su hijo Jacobo.
Y aprovechando la memoria libre de este día, hablaremos de un santo muy querido, por el pueblo de Dios, a quien en estos tiempos difíciles se invoca de manera creciente, él es… ¡San Roque!
Dicen los estudios franciscanos que san Roque ha sido, entre finales del siglo quince a comienzos del diecinueve, uno de los santos más venerados del mundo católico. Aunque es un santo en el que lo legendario se mezcla con los pocos datos que con certeza se saben de su vida.
Dios escuchaba a san Roque por su inmensa fe, servicio y humildad. Hagámonos imitadores de este santo de manera que nosotros también traigamos el bien, la paz y la salud con una vida llena de estos valores, para los ambientes donde vivimos y trabajamos, por esto oremos juntos:
Glorioso San Roque, te agradecemos que desde tu sencillez nos recuerdes que Dios también está cerca de nosotros cuando recibimos la sacudida del dolor y de la enfermedad. Ayúdanos a vivir estas situaciones con serenidad y paz, agradeciendo el servicio de los que nos ayudan. Que no olvidemos que nuestra vida es avanzar por el camino de Jesucristo, sirviendo y amando desde la pobreza. Y para que siempre luchemos contra todo lo que degrade y destruya la dignidad humana y la convivencia social.
Señor, Dios todopoderoso, tú nos has revelado que toda ley se resume en el amor a ti y al prójimo. Concédenos que, imitando la caridad de San Roque, podamos ser un día contados entre los elegidos de tu Reino. Amén.
San Roque
Ruega por nosotros