Santa Lucía - 13 de diciembre
Virgen y Mártir
Un saludo fraterno de las Hermanas Trovadoras de la Eucaristía para todos.
Les deseamos que este tiempo de adviento, que es de reflexión y preparación para la venida del Niño Jesús, haya dejado en nuestros corazones un deseo por tener esa pureza de corazón que nos ayude a contemplar a Dios.
Por esto es tan importante saber dar sentido a los motivos de fiesta y meditación que nos trae la Iglesia, para no quedarnos por fuera de todas las bendiciones que traen.
Recordemos que: sin fe no hay cambio de vida; pero sin conocimiento, no alimentamos nuestra fe.
Para hacer más fuerte nuestra fe, sigamos aprendiendo de los santos que con su vida nos enseñan lo que es vivir con Jesús en el corazón.
¡Qué bien! Conozcamos los santos que son venerados hoy 13 de diciembre, en nuestra Iglesia.
Ellos son: Santa Lucía de Siracusa, virgen y mártir; San Antíoco San Aristón San Auberto San Eustracio San Judoco
San Mardario San Orestes Santa Otilia Beato Antonio Grassi Beato Bartolo confesor Beato Juan Marinoni
Hoy conoceremos la historia de una joven mártir que supo enseñarnos con su vida, que lo que daña el corazón del hombre no es lo que entra, sino lo que sale y por ello lo más preciosos que podemos atesorar es la pureza del corazón.
Es Santa Lucía.
El Papa San Gregorio, del siglo VI, agregó a Santa Lucía en el canon de la misa romana y gracias a sus virtudes, San Gregorio puso su nombre a dos conventos femeninos que él fundó.
Entre sus devotos encontramos también a Santa Catalina de Siena y San León Magno. Dante se definió como un fiel devoto suyo. La reputaba como protectora de la vista y le atribuye la curación de las afecciones de los ojos.
Lucía es protectora del sentido de la vista y es patrona de los pobres, los ciegos, de los niños enfermos, de los campesinos, y de todos aquellos oficios que necesitan tener una vista muy atenta.
Pidámosle que interceda para que tengamos una gran conciencia de ser templos del Espíritu Santo:
Oh bienaventurada y amable virgen Santa Lucía,
universalmente reconocida por el pueblo cristiano
como especial y poderosa abogada de la vista;
llenos de confianza a ti acudimos
pidiéndote la gracia de que la nuestra se mantenga sana
y que el uso que hagamos de nuestros ojos
sea siempre para bien de nuestra alma,
sin que turben jamás nuestra mente
objetos o espectáculos peligrosos,
y que todo lo sagrado o religioso que ellos vean
se convierta en saludable y valioso motivo de amar
cada día más a nuestro Creador y Redentor Jesucristo,
a quien, por tu intercesión,
oh protectora nuestra,
esperamos ver y amar eternamente en la Patria celestial.
Amén.
Santa Lucía
Ruega por nosotros