Santa Rosa de Lima - 23 de agosto
Virgen
¡Que la paz del Señor Jesús habite en cada corazón! Bienvenidos a conocer las vidas de los ciudadanos del cielo, que disfrutaron de esta hermosa paz en su paso por el mundo.
La paz no es simplemente no tener problemas: es acoger la vida, pero al estilo de Jesús. Por esto, los santos pudieron vivir y transmitir la paz.
Abramos nuevamente nuestro catálogo divino, para conocer los santos que se recuerdan este día:
Hoy, 23 de agosto son venerados los santos:
Santa Rosa de Lima, virgen; San Antonio de Gerace, eremita; santos Ciriaco y Arquelao, mártires; santos Claudio, Asterio y Neón, hermanos y mártires; San Eugenio de Ardstraw, obispo; San Flaviano, obispo;
Santa Fructuosa, mártir; San Lupo, mártir; San Minervo, mártir; San Zaqueo de Jerusalén, obispo; Beato Francisco Dachtera, presbítero y mártir y Beato Juan Bourdon, presbítero y mártir.
Hoy, nos pasearemos por la vida de una santa que ha dejado a América Latina, impregnada de la fragancia de Cristo, se trata de… Santa Rosa de Lima.
Santa Rosa nació en Lima, Perú en 1586. Su nombre de bautismo fue Isabel Flores de Oliva, pero su madre al ver que su rostro se volvía sonrosado, la empezó a llamar Rosa.
Ella fue la primera mujer americana declarada santa por la Iglesia Católica. Su fama era tal, que es la primera santa que antes de ser canonizada fue proclamada, de manera excepcional, patrona del Perú, del Nuevo Mundo y de Filipinas. Fue canonizada por el papa Clemente X en 1671.
El papa Inocencio IX expresó :
América no hubo un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración.
La santidad es para todos y en todo lugar. Aunque Santa Rosa tuvo muchas características poco comunes, lo cierto es que ella forjó su historia de amor con Dios en medio de la realidad común y sencilla de su casa.
¡Cuánto nos falta en nuestros hogares, hacer de las pequeñas cosas una oportunidad para actuar de corazón y ungidos por el Espíritu Santo! Pidiendo que no se pierda la fe en nuestra tierra americana digamos:
Oh Dios Omnipotente, dador de todo bien, que hiciste florecer en América por la gloria de la virginidad y paciencia a la bienaventurada Rosa, prevenida con el rocío de tu gracia; haz que nosotros, atraídos por el olor de su suavidad, merezcamos ser buen olor de Cristo. Amén.
Es curioso cómo a veces, tenemos la imagen de perfección de santos europeos que sentimos lejos de nosotros; pero Jesús está caminando por nuestras calles, junto a nuestros trabajos y problemas y aquí en medio de nuestra realidad fluye también su Presencia.
Por esto, esta admirable peruana, nos recuerda que ser santo no es una fábula, sino la meta más alta de nuestra vida y en el hogar podemos colocar el trono a Jesús, por medio del amor a nuestra familia, de nuestro trabajo honesto, de ser ciudadanos solidarios y siendo respetuosos con lo que nos pide Dios.
Asumamos con sencillez las pequeñas penitencias de cada día y hagamos mejor el pedacito de tierra que Dios nos confió con energía y convicción, como Santa Rosa dejando siempre el suave olor de Cristo.
Santa Rosa de Lima
Ruega por nosotros