Santa Viviana - 2 de diciembre
Mártir
La pureza de corazón, es la que nos permite tener paz interior, porque hemos dejado el pecado y nos hemos reconciliado con todos.
La paz se construye y se lucha: se construye con la gracia de Dios y se lucha derrotando poco a poco nuestros egoísmos e indiferencias ante el sufrimiento de los demás.
Sigamos aprendiendo de nuestro catálogo divino, para que nosotros también ayudemos a hacer hermosa la iglesia con nuestra lucha por construir la paz y alcanzar la santidad.
Bienvenidos a este paseo por las vidas santas de nuestra iglesia, que en el catálogo divino de hoy, 2 de diciembre, recuerda:
Santa Viviana, mártir; San Adriano, mártir; San Anselmo, monje; San Constantino, abad; San Habacuc, profeta; San Nono, obispo; San Pimenio, presbítero y mártir; San Seguro, mártir; San Silverio, papa;
Santa Aurelia, mártir; Santa Martana, mártir; Beata María Ángela Astorch, abadesa; Beato Iván Slezyuk, obispo y mártir; Beato Juan Ruysbroeck, presbítero y Beato Rafael Chylinski , presbítero.
Dice un investigador que al decir Santa Viviana, sería relacionada como «la de los trenes», probablemente esto sería lo primero que se le ocurre a un romano al mencionar su nombre, porque la iglesia que se llama así queda como empotrada en las vías que están a punto de morir, unos metros más allá, en la Stazione Termini.
Es una iglesia barroca con su espléndida estatua de la Santa, obra artística de Bernini. El escultor, cumpliendo el encargo del infatigable Papa Urbano VIII, la representó con los atributos de su martirio: la columna de la flagelación, los azotes, la corona de mártir y una sonrisa angelical que asombra o desconcierta; es la felicidad en la muerte, o, mejor dicho, la felicidad entrevista por la fe más allá de la muerte.
Según cuenta la leyenda, el martirio ocurrió en tiempos de Juliano el Apóstata, alrededor de los años 360-363. Quien años después de la promulgación del edicto de Milán por mano de Constantino, al ascender al poder, renegó públicamente del cristianismo y se declaró pagano.
Confiemos al Señor nuestra perseverancia en la fe y pidámosle por medio de esta santa que nos mantengamos firmes y prudentes en los momentos de dificultad de manera que no caigamos en acciones deshonestas o impulsivas que ofendan a Dios y nos hagan daño:
Dios todopoderoso y eterno,
que concediste a Santa Viviana
la fe necesaria
para derramar su sangre por ti,
la caridad autentica
para dar amor y cristiana sepultura
a los más necesitados,
el valor y la resignación cristiana
para convivir y socorrer a los enfermos mentales,
concédenos la ayuda precisa para solventar
las dificultades por las que pasamos
y la fuerza necesaria
para enfrentarnos a ellas con valentía y determinación
en estos momentos adversos.
Que caminemos hacia ti
que eres la fuente de toda vida,
y nuestra gran esperanza
para alcanzar como ella
la eterna Bienaventuranza. Amén.
Santa Viviana
Ruega por nosotros
