¿Aún queda un espacio para el “no” en nuestras vidas? ¿Tiene sentido legítimo el rechazo, la destrucción o el caos? ¿estamos en posición de valorar la pereza, la muerte y todas las formas que adopta la nada en nuestras vidas?
Hoy en un gallo para Asclepio defenderemos lo indefendible, y nos pondremos del lado del “no”, aunque sea nada más porque sí.