Se nos suele olvidar que por encima de todo, la relación que tenemos con Dios es de hijos. Que es en el proceso de él ser papá, mamá, que vamos poco a poco desarrollando confianza en que él nos cuida.
En experiencias específicas como papá he notado cómo mi hijo pone a prueba asta dónde puede llegar su confianza conmigo. Y en la medida en que sabe que puede confiar, poco a poco va logrando cada vez más autonomía, más valor, más fuerza. Aquí estoy, nos dice Dios, te estoy cuidando, vas a estar bien.
Puedes tener confianza.