'Entonces Jesús se incorporó de nuevo y le dijo a la mujer: —¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó? —Ni uno, Señor —dijo ella. —Yo tampoco —le dijo Jesús—. Vete y no peques más.
Juan 8:10-11
La mujer por su fuerzas no podía hacer nada solo confiar en el único que pueda dar la libertad y salvarla eternamente.
La evidencia del Perdón del pecado debe ser una vida santa y consagrada en Él y para Él.