“«Consuelen, consuelen a mi pueblo —dice su Dios—. Una voz dijo: «¡Grita!». Y yo pregunté: «¿Qué debo gritar?». «Grita que los seres humanos son como la hierba. Su belleza se desvanece tan rápido como las flores en un campo. La hierba se seca y las flores se marchitan bajo el aliento del Señor. Y así sucede también con los seres humanos. La hierba se seca y las flores se marchitan, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre».”
Isaías 40:1, 6-8 NTV
Cuando sentimos que nuestra vida se desmorona, debemos pedirle a Dios Su fuerza y Su consuelo. Pueda que no escapemos de la adversidad, pero si encontraremos ese consuelo en medio de ella. Somos como la hierba que se seca y se marchita pero la palabra de Dios se mantiene firme y es la que nos sostiene siempre en medio de cada adversidad.
Bendiciones