Cada día necesitamos sacrificar nuestros deseos pecaminosos que son los que tratan de impedir que nos acerquemos a Dios. Pablo describe su relación con Cristo en términos de un profundo afecto por Su Señor y dependencia de Él. Los que tiene Fe en Cristo viven en intima unión con Él, cada uno de nosotros vive para Dios por medio de Jesucristo quien se entrego por nosotros sin refutar y lo hizo por amor.
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí." Gálatas 2:20 RVA 60