El Apóstol Pablo se concentró en experimentar la fortaleza interior que provenía del Espíritu Santo. Nuestros problemas no deben desanimarnos o disminuir nuestra Fe, al contrario debemos entender que hay un propósito en todo lo que vivimos. Debes ver tú problema como una oportunidad.
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:16-18 RVA1960