“Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos. Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación. Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos.”
2 Corintios 4:7-9 NTV
Aunque a veces experimentamos tristeza, llanto, aflicciones, debilidades y temores. No estamos derrotados porque llevamos por dentro un tesoro celestial.
Estas debilidades, problemas y sufrimientos se convierten en el medio por el cual recibimos abundante gracia permitiendo que la vida de Cristo se manifieste en nosotros.
Bendiciones