Salmo 119:105 “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”
Cuando miramos la Palabra, encontramos que nos habla de dos caminos por los cuales podemos andar, un camino de rectitud o una senda de pecado.
El hombre justo medita de día y de noche en la Palabra de Dios, por lo tanto, todo lo que hace es prosperado, da buen fruto, no tiene sequedad, ni escasez. Por el contrario, los que no miran la Palabra, son llevados por situaciones de dolor y aflicción que lo alejan de Dios.
Los hombres que son guiados por la Palabra cuando la escudriñan y meditan en ella, reciben la iluminación que viene por medio del Espíritu Santo, para comprender las verdades de Dios que están escritas en ella.