Llegamos a ser cristianos mediante el don inmerecido de Dios, no como resultado de algún esfuerzo o habilidad. Nuestra Salvación e incluso nuestra Fe son regalos, y la manera como debemos responder ante ello es con gratitud alabanza y regocijo.. Si Cristo habita en nuestros corazones por medio de esta Fe llegaremos a comprender toda la plenitud de Dios, es decir viviremos llenos de la presencia de Dios.
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". Efesios 2:8-9 RV 1960
