La muestre en la cruz no sólo representó la posibilidad de la vida eterna, sino que trajo consigo la libertad de nuestras almas y la sanidad integral en nuestras vidas. Una promesa de Dios acerca de nuestro futuro es la libertad. Gálatas 5: 1 nos invita a ser constantes y permanecer en la libertad con la que Cristo nos hizo libres, procurando no volver a los viejos hábitos que teníamos antes de conocer el mensaje de salvación.
Otra promesa es la sanidad, por la sangre de Cristo podemos reclamar en fe la sanidad de nuestro cuerpo, mente y alma. Como manifiesta Isaías 53:5 “Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados.”