Juan 14:15-18 Dice: Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
Cuando la debilidad humana se manifiesta la tristeza asoma o la duda amenaza en vez de recordar esta tierna promesa, nos dejamos caer en los brazos fríos del temor, del dolor y luego sucumbimos ante la depresión.
Jesús prometió no dejarnos huérfanos, sin ayuda ni compañía, El nos dejaría Su Espíritu y nos acompañará toda la vida, El Espíritu es la persona que hace frente en primer lugar ante cualquier ataque sea emocional, espiritual o físico.
El siempre responde, es el Espiritu Santo que nos da el poder para enfrentarnos a cualquier desafío. El nos da valentía y nos da las estrategias para responder con la certeza de que venceremos.
El Espíritu Santo es quien alimenta nuestra fe. Invítalo hazle tiempo en tu agenda, conversa con Él pues tiene mucho para contarte, aconsejarte y revelarte.
