Primera de Corintios 15: 51-52 afirma: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.”
Al aceptar a Cristo, recibimos la mayor promesa para nuestro futuro, la salvación y la promesa de vida eterna. Es importante permanecer en la presencia de Dios para lograr contemplar su majestad y gloria. Así mismo, es necesario comunicar a la humanidad las buenas nuevas para que puedan tener una vida completa.