La obediencia a la autoridad ha sido uno de los mensajes más recuerrentes en el mundo pentecostal, transformándose ésta en la máxima virtud a alcanzar de todo cristiano maduro. Pero el poder cohesionador que ha representado la obediencia ha ido perdiendo su eficacia frente a las nuevas generaciones, quienes tienen cierta distancia con las figuras de autoridad.
La presente reflexión busca mostrar estas debilidades, e invita a volver al amor como el máximo distintivo de la comunidad cristiana, y como el vínculo perfecto que mantendrá unida a la Iglesia hasta el fin.
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- Música: Serge Quadrado - Wet Weather
- Ilustración: Tomás Cisternas - @tomascisternas_
- Edición y montaje: Betzabé Falcón