Decisión no es algo fácil. Después de todo, al tomar una decisión, realmente no puedes volver atrás.
Bueno, claro que puedes volver atrás: renuncias a un trabajo que no te satisfaces, te divorcias de una pareja que no te valora, te separas de alguien negativo... Pero, piénsalo bien; aunque retrocedas en tu decisión, ya no serás la misma persona.
Las decisiones te cambian y este cambio no puede ser deshecho. Como humanos, tomamos decisiones y, cuando no funcionan, tomamos OTRA decisión.
Ahora, si te dedicas a mejorar tu poder de decisión, las cosas podrían ser distintas y evitarías entrar en situaciones de las cuales, más tarde, tendrás que salir porque no te sirvieron.
¿Cómo se hace esto? Creo que lo primero es fortalecer la autoestima y tener claro los objetivos en la vida. Así se tomarán decisiones más alineadas con las necesidades personales.
Segundo, REFLEXIONAR antes de decidir, evitando tomar decisiones apresuradas.
Cómo lo anterior puede hacer la vida un poco aburrida, la sugerencia es que utilices más CREATIVIDAD para decidir algo.
Por último, después de tomar una decisión, no retrocedas en ella. Si las cosas no dan los resultados esperados, mira cómo adaptarse y si no es posible, entra en otra reflexión para reconocer las lecciones aprendidas, cómo evitar nuevamente caer en situaciones parecidas y, por fin, toma una nueva decisión.
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