¿Por qué es tan importante para transmitir mi mensaje mi origen, mi historia? Simple: porque es el sustrato fértil que da potencia al mensaje. Es la razón que nos hace hacer lo que hacemos. Nuestro mensaje nace desde un deseo propio y conecta el mundo interior con el exterior, aunque muchas veces el temor a exponernos bloquea nuestro mensaje porque hay mucho de nosotras en él. Es normal que eso pase.
El punto es dónde ponemos el foco, si en la situación o en la transformación que generó en nosotras. Entonces, ir al origen, recordarnos y compartir eso, hace que esa vulnerabilidad se convierte en una fortaleza, y convierte nuestro mensaje en inspiración.
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