Juan 5:31-47 es un pasaje en el que Jesucristo habla sobre los diferentes testimonios que respaldan su autoridad y misión divina. Este pasaje ocurre después de que Jesús curó a un hombre en el estanque de Betesda en sábado, lo que generó conflictos con los líderes religiosos judíos.
En este pasaje, Jesús destaca que su propio testimonio acerca de sí mismo no sería suficiente para validar su identidad y obra. En cambio, menciona varios testimonios adicionales que respaldan su afirmación de ser el Mesías enviado por Dios: el testimonio de Juan el Bautista, las obras milagrosas que Jesús realiza, el testimonio del propio Dios Padre y las Escrituras.
Jesús critica a sus opositores por buscar la aprobación humana en lugar de la aprobación divina y por no reconocerlo como el enviado de Dios a pesar de las evidencias. También les señala que, aunque estudian las Escrituras, no logran comprender que estas testifican de él y su misión.
Este pasaje del evangelio de Juan 5:31-47 muestra cómo Jesús defiende su autoridad y enseñanzas frente a las críticas de los líderes religiosos. Nos invita a reflexionar sobre la importancia de buscar y reconocer las diferentes formas en que Dios se revela a través de Jesucristo y cómo podemos abrir nuestros corazones para aceptar y comprender este testimonio divino.
