El pasaje de Juan 12, 1-11 relata el encuentro de Jesús con sus amigos Lázaro, Marta y María en Betania, una aldea cerca de Jerusalén. Jesús llega a la casa de ellos y se sienta a cenar con ellos. Mientras tanto, María toma un frasco de perfume muy costoso hecho de nardo puro y lo derrama sobre los pies de Jesús, luego los seca con su cabello. La casa se llena del aroma del perfume.
Sin embargo, Judas Iscariote, uno de los discípulos de Jesús, se queja del acto de María, diciendo que el perfume podría haberse vendido y el dinero dado a los pobres. Pero Jesús defiende a María, diciendo que ella ha hecho un buen acto, y que siempre habrá pobres a quienes se les pueda ayudar, pero que él no estará con ellos por mucho tiempo.
El pasaje de Juan 12, 1-11 tiene varios significados. En primer lugar, el acto de María de derramar el perfume sobre los pies de Jesús es una muestra de amor y devoción hacia él. También se interpreta como un acto profético, prefigurando su muerte y preparando su cuerpo para el sepulcro. La reacción de Judas muestra una falta de comprensión de la importancia de la devoción y el sacrificio en la vida cristiana. Finalmente, la afirmación de Jesús de que estará con ellos por poco tiempo se refiere a su inminente muerte y resurrección, que son los eventos centrales de la fe cristiana.