Jesús y su relación con los jóvenes representa un aspecto fundamental en la enseñanza del cristianismo. En el Nuevo Testamento, encontramos varias instancias en las que Jesús interactúa directamente con los jóvenes, ofreciendo orientación y comprensión, y a la vez, recalcando su importancia dentro del Reino de Dios.
La figura de Jesús es a menudo vista como un modelo de juventud, vigor y compromiso con la verdad y la justicia. Como tal, su vida y sus enseñanzas continúan siendo una fuente de inspiración para la juventud. Jesús invita a los jóvenes a seguirlo y a vivir una vida de amor y servicio, animándolos a ser agentes de cambio en sus comunidades.
Además, Jesús presenta a los jóvenes como un símbolo de fe y renovación. En sus interacciones con ellos, destaca la importancia de la apertura, la humildad, el espíritu inquisitivo y la disposición para aprender, todas características asociadas a la juventud.
En la figura de Jesús, los jóvenes encuentran un amigo, un maestro y un modelo a seguir, que los invita a vivir una vida plena y significativa, basada en el amor, el servicio y la verdad.