En general, cualquier institución puede enfrentar tentaciones que pueden socavar su integridad, credibilidad y misión. Esto puede incluir la tentación de enfocarse en el poder y la influencia en lugar de la misión, la tentación de encubrir problemas y abusos en lugar de abordarlos abiertamente, la tentación de mantener estructuras y prácticas obsoletas en lugar de adaptarse al mundo actual, entre otras.
En el caso de la Iglesia Católica, algunos han señalado que las tentaciones incluyen la tendencia a ser demasiado jerárquica y centralizada en el poder, la tentación de resistir los cambios necesarios para adaptarse a los tiempos, la tentación de enfocarse demasiado en temas controvertidos como la moral sexual en lugar de priorizar temas de justicia social y solidaridad, entre otras.
Es importante recordar que, aunque las tentaciones pueden ser reales, la Iglesia Católica también tiene una rica historia de servicio a los pobres y marginados, y muchos líderes y miembros de la Iglesia trabajan duro para abordar los problemas y enfrentar las tentaciones. La Iglesia Católica tiene un gran potencial para continuar siendo una voz importante para la justicia social y el amor en el mundo actual.