Los libros de los Profetas en la Biblia, conocidos como los libros proféticos, abarcan las enseñanzas y visiones de los profetas, quienes fueron portavoces de Dios. Divididos entre los profetas mayores (como Isaías, Jeremías y Ezequiel) y los profetas menores (como Oseas, Amós y Miqueas), estos textos transmiten mensajes de advertencia, juicio, consuelo y esperanza, llamando al pueblo a la fidelidad a Dios y denunciando la injusticia social y el pecado. Su propósito es tanto recordar al pueblo elegido su alianza con Dios como anunciar la futura redención y restauración.