Cuando pensamos en figuras que han modelado el destino espiritual de Europa, varios nombres pueden venir a la mente: San Agustín de Canterbury, San Patricio y, por supuesto, el papa San Juan Pablo II. Sin embargo, dos hermanos del siglo IX, Cirilo y Metodio, tienen un lugar especial en este panteón de líderes religiosos. No solo fueron los apóstoles de los eslavos, sino que también fueron elevados al estatus de Patronos de Europa por el papa San Juan Pablo II. Este reconocimiento no fue un simple adorno ceremonial, sino un testimonio duradero de la importancia de sus misiones para el desarrollo espiritual y cultural del continente.
