Todas las personas guardamos heridas por años, desde la infancia, heridas que no sanamos y con el tiempo se pudren. Y salen en forma de actos negativos, percepciones, comentarios, conductas pesimistas, sombrías, enfocándonos siempre en el fracaso, en la crítica, en la envidia; dejándola manifestarse en alguna área de nuestras vidas, en el trabajo, la escuela, la familia, con los hijos o la pareja, en las amistades, en todos lados. Déjate descubrir dónde está esa herida que te provoca esa negatividad en tu vida, sánala, ya es hora.