Hay palabras que no necesitan ser extraordinarias para ser suficientes, muchas veces las más simples pueden ser una caricia para el alma.
Dios llega a nosotros mediante aquellas palabras; ¿Cómo conocemos nosotros a Él?
Dos puntos:
1. Quien no ama a su hermano, al que ve, no puede amar a Dios; a quien no ve.
2. Quien no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Tan simple y tan extraordinario como un abrazo en medio de la tempestad.