El plástico es esencial en la agricultura moderna, mejorando la eficiencia de producción de alimentos a través de tecnologías como el riego por goteo, invernaderos y acolchados, al tiempo que promueve prácticas sostenibles mediante la reducción del uso de agua y pesticidas.
Sin embargo, la gestión de su impacto ambiental, especialmente en términos de residuos, es un desafío significativo. La solución implica el desarrollo de plásticos biodegradables y sistemas de reciclaje eficientes, buscando un equilibrio entre sus beneficios y la minimización de su impacto.