La manzana Arctic fue desarrollada para resistir el oxidamiento después de ser cortada o magullada. Este avance se logró mediante la manipulación genética para reducir la producción de enzimas que causan la oxidación. Este tipo de manzana mejora la experiencia del consumidor y reduce el desperdicio.
Además de sus ventajas estéticas y prácticas, las manzanas Arctic representan un caso significativo de aceptación de cultivos genéticamente modificados. Su introducción en el mercado ha sido acompañada de debates sobre la seguridad y la ética de los alimentos modificados genéticamente.