La paz la buscamos a la vuelta de la esquina y nunca aparece y resulta que fantasmalmente nos acecha la ansiedad de tenerla por un ratito, cada vez más la sentimos inalcanzable.
La paz es la antorcha luminosa que remide
en la mente y en los corazones oscuros
colmándonos de sosiego, claridad y
consciencia, en armonía con todas las
personas que habitamos en el mundo.