Hemos dicho en otros programas que la violencia de género es una forma específica que afecta de manera desproporcionada a mujeres y niñas. En algunos colectivos, las afectaciones pueden presentarse con efectos duraderos, como por ejemplo la violencia en el ámbito escolar, en donde el desarrollo de los niños y jóvenes impacta en su bienestar emocional y académico. En un contexto más amplio, la influencia de los medios de comunicación y la exposición a la violencia en la pantalla también han sido temas de preocupación, ya que pueden normalizar comportamientos violentos. La tecnología y las redes sociales también han influido en la dinámica de la violencia, facilitando la difusión de propaganda violenta y la coordinación de actividades delictivas. La ciberseguridad y la prevención del uso indebido de la tecnología son aspectos cada vez más importantes en la gestión de la violencia en la era digital. Las secuelas psicológicas de la violencia, como el trauma colectivo, pueden persistir durante generaciones. Los niños que han sido testigos o víctimas de violencia a menudo llevan consigo estas experiencias en su vida adulta, lo que puede afectar sus relaciones, su capacidad para trabajar y su bienestar general.