Es normal que haya diferencias
y a veces hasta pequeñas discusiones o desacuerdos entre los
miembros de una buena iglesia.
¿Por qué pasa esto? Por que
somos humanos, porque somos imperfectos y porque todos podemos tener
ideas diferentes.
Lo que no es normal es que se
hagan pleitos mayores, o que quieran algunos hasta ir a las
autoridades civiles para arreglar problemas que se pueden y se deben
arreglar con los directivos de una Iglesia.
Dice San Pablo:
1Co
6:1
Cuando alguno de ustedes tiene un pleito con otro, ¿por qué va a
pedir justicia a los jueces paganos, en vez de pedírsela a los del
pueblo santo?
6:2
¿Acaso no saben ustedes que el pueblo santo ha de juzgar al mundo?
y si ustedes han de juzgar al mundo, [1]
¿cómo no son capaces de juzgar estos asuntos tan pequeños?
:3
¿No saben que incluso a los ángeles habremos de juzgarlos
nosotros? ¡Pues con mayor razón los asuntos de esta vida!
:4
Así que, si ustedes tienen pleitos por asuntos de la vida diaria,
¿por qué ponen por jueces a los que nada significan para la
iglesia?
:5
Digo esto para que les dé vergüenza: ¿Acaso no hay entre ustedes
ninguno con capacidad suficiente para juzgar un asunto entre sus
hermanos?
:6
¡No solo se pelean unos hermanos con otros, sino que llevan sus
pleitos ante jueces paganos!
Es por eso que en la Iglesia
debemos acudir a los directores, Ministros o Sacerdotes para aclarar
diferencias y dejar que nos digan quien está correcto o equivocado
en qué. Parte del pastoreo de un buen ministro eclesial es el estar
promoviendo la paz entre sus miembros.
1Co
6:7
En
realidad, ya es una grave falla el solo hecho de que haya pleitos
entre ustedes. ¿No sería mejor soportar la injusticia? ¿No sería
mejor dejar que los defrauden?
1Co
6¡y
conste que se trata de sus hermanos!
:9
¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se
dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los
adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales,
:10
ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.
Estos versículos causan mucha
controversia en algunos cristianos y por no entenderlos hay personas
que han abandonado la fe. Pero es importantísimo que los entendamos.
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