Si en cualquier acontecimiento estás firme, y no lo juzgas según la apariencia exterior, ni miras con la vista del sentido lo que oyes y ves; antes luego por cualquier causa entras a lo interior, como Moisés en el tabernáculo a pedir consejo al Señor, oirás muchas veces la respuesta divina y volverás instruido de muchas cosas presentes y venideras. Pues siempre recurrió Moisés al tabernáculo, para determinar las dudas y dificultades, y tomó el auxilio de la oración para librar de los peligros y maldades a los hombres. A este modo debes tú entrar en el secreto de tu corazón, pidiendo con eficacia el socorro divino. Por eso se lee en el capítulo 9 del libro d Josué, que Josué y los hijos de Israel fueron engañados por los Gabaonitas, porque no consultaron primero con el Señor, sino que creyendo fácilmente en las blandas palabras, fueron con falsa piedad engañados. Dios los hubiera prevenido de ser engañados si primero hubieran consultado con él en oración.
Cuando te venga un problema o debas tomar una decisión mayor, nunca la vayas a tomar sin antes consultar en plena oración con Dios. Como hacía Moisés, como hacía el mismo Jesús. Primero en oración consultaba con su Padre y luego el Padre le daba la luz para tomar la decisión correcta.
Ante la duda siempre ora, ante el peligro, ora, ante la dificultad ora, y cuando todo esté en paz, ora…
1Tes 5:17 Oren en todo momento.
5:18 Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús.
5:19 No apaguen el fuego del Espíritu.
5:20 No desprecien el don de profecía. [3]
5:21 Sométanlo todo a prueba y retengan lo bueno.
5:22 Apártense de toda clase de mal.
5:23 Que Dios mismo, el Dios de paz, los haga a ustedes perfectamente santos, y les conserve todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sin defecto alguno, para la venida de nuestro Señor Jesucristo.