Listen

Description

Por alguna razón hay personas bendecidas a las que Dios se ha propuesto salvar aún en contra de su necedad y terquedad.

Son o somos personas chifladas que en el corazón no son malas ni han rechazado a Dios pero quieren hacer sus travesuras, sus pecadillos y portarse mal con respecto a Dios.

A estos Dios les o nos tiene que dar nuestras nalgadas para corregirnos con tal de que no nos vayamos a ir al infierno. Y es una gran bendición que Dios se preocupe así de algunos porque no lo hace por todo mundo.

Muchos de estos afortunados fueron enviados al mundo con talentos y cualidades para hacer mucho bien, para sanar y salvar a mucha gente, y cuando por su egoísmo se empiezan a desviar es cuando Dios los regresa a veces con dolor, con problemas, enfermedades, el perder cosas o personas muy queridas etc. Dios sabe que es mejor que sufras un poco ahora y no para siempre en el infierno.

He visto durante mi ministerio cómo gracias a las oraciones intensas y bañadas de lágrimas de una madre Dios corrige con unas buenas nalgadas a un hijo perdido. Les pasa una desgracia o llegan a “tocar fondo” en su perdición y entonces reaccionan y corrigen su vida.

Tenemos en las palabras de Jesús la parábola del hijo pródigo. Su padre lo amaba profundamente, no quería que le pasara nada malo, lo enseñaba a esforzarse en esta vida…