DEJA DE ESTAR SOÑANDO CON SER BUENO
Y ponte a serlo YA
Hay muchos que desean ser buenos o mejores Cristianos pero nunca comienzan a serlo. Todo lo dejan para otro día, para después.
No dejes para después lo que sabes que debes hacer hoy. La procrastinación siempre nos lleva a la frustración y muchas veces a la desesperación.
Se hallaba un hombre lleno de congoja luchando entre el miedo y la esperanza; y un día cargado de tristeza entró en la iglesia y se postró delante del altar en oración, y meditando en su corazón varias cosas, dijo: ¡Oh! ¡Si yo entendiera que debo de ser mejor y perseverar! Y
luego oyó en lo interior la divina respuesta: ¿Qué harías si eso supieras? Haz ahora lo que entonces quisieras hacer, y estarás seguro.
Y en aquel punto, consolado y confortado, se ofreció a la divina voluntad, y cesó su congojosa turbación.
Y no quiso escudriñar curiosamente para saber lo que le había de suceder, sino que anduvo solamente preocupado de saber lo que fuera la voluntad de Dios, lo que le agrada a Dios y lo que es más agradable a sus divinos ojos, para comenzar y perfeccionar toda buena obra.
Hay quienes no empiezan su crecimiento espiritual porque quieren saber de antemano el costo de ello. Quieren tantear y calcular si les va a gustar o no, cuanto les va a costar, y en este cálculo y tanteo se les va toda la vida y se mueren sin jamás haber empezado.
Mejor entrégate aquí y ahora, deja de querer tener el control de tu vida, déjaselo a Dios y ponte a trabajar ya.
Salmo 27
1El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿A quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿De quién tendré temor?
2Cuando los malhechores vinieron sobre mí para devorar mis carnes, Ellos, mis adversarios y mis enemigos, tropezaron y cayeron.
3Si un ejército acampa contra mí, No temerá mi corazón; Si contra mí se levanta guerra, A pesar de ello, yo estaré confiado.
4Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: Que habite yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura del SEÑOR Y para meditar en Su templo.
5Porque en el día de la angustia me esconderá en Su tabernáculo; En lo secreto de Su tienda me ocultará; Sobre una roca me pondrá en alto.
6Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan, Y en Su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; Cantaré, sí, cantaré alabanzas al SEÑOR.
Viven en zozobra los que quieren confiar en sus fuerzas, en su grandeza, es su inteligencia; los que quieren tener ellos mismos el control de sus vidas; una cosa es planear bien y hacer bien las cosas y otra es poner tu confianza en ti mismo antes que en Dios.
Detiene a muchos el fervor de su aprovechamiento, el espanto de la dificultad, o el trabajo de la pelea.