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Con tristeza veo a muchos jóvenes de hoy que no quieren sufrir ninguna desavenencia. No toleran ni siquiera un poquito de calor porque ya están exigiendo que se les ponga aire acondicionado, no pueden sentir un poco de frío sin quejarse como si les estuvieran matando, y muchos adultos con complejo de “salvadores” favorecen esta actitud de debilidad e intolerancia de cualquier dificultad viéndolo casi como un crimen que a los jóvenes no se les consienta y se les permita esforzarse ni siquiera un poco.

Estamos haciendo humanos de papel, extremadamente débiles, incapaces de valerse por sí mismos, intolerantes al esfuerzo y el trabajo difícil.

No quieren entender que en esta vida no hay verdaderos logros sin esfuerzos y sacrificios.

Dice Imitación de Cristo:

3. La naturaleza carnal no quiere ser mortificada por nada, ni estrechada, ni vencida, ni sometida. Mas la gracia (la vida del Espíritu) estudia en la propia mortificación, resiste a la sensualidad, quiere estar sujeta, desea ser vencida, no quiere usar de su propia libertad, le gusta vivir bajo una estrecha observancia, no desea señorear a nadie, sino vivir y servir, y estar debajo de la mano de Dios; por Dios está pronta a obedecer con toda humildad a cualquiera criatura humana.



4. La naturaleza trabaja por su conveniencia, y tiene la mira a la utilidad que le puede venir. Pero la gracia no considera lo que le es útil y conveniente, sino lo que aprovecha a muchos.



5. La naturaleza recibe con gusto la honra y la reverencia. Mas la gracia atribuye fielmente a sólo Dios toda honra y gloria.



6. La naturaleza teme la confusión y el desprecio. Pero la gracia se alegra en padecer injurias por el nombre de Jesús.



7. La naturaleza ama el ocio y la quietud corporal. Más la gracia no puede estar ociosa; antes abraza de buena voluntad el trabajo.



8. La naturaleza busca tener cosas curiosas y hermosas, y aborrece las viles y groseras.