Listen

Description

He visto en diferentes ambientes sociales cómo se preocupan por ser dizque “expertos” en algún tema para poder presumir o discutir en las reuniones sociales.

Antes era a ver quién tenía más conocimientos de historia, en otros ambientes sobre fútbol y los nombres de jugadores, su historia, etc. u otro deporte, en otros sobre música clásica o la vida de los artistas, en otros sobre arquitectura, etc. etc.

Cuánta vanidad hay en ello. Cuanto deseo de sobresalir y ser admirado, cuanto ego y rivalidad se puede dar cuando muchas veces vale más ser humilde, callar y escuchar.

Esto no significa que no debemos cultivar nuestros conocimientos; claro que es bueno hacerlo, pero mientras los utilices para servir o convivir con sencillez y no sean para presumir ni apantallar a los demás.

Dice el libro Imitación de Cristo:

Capítulo XLIV: No Necesito Conocer Todas Las Cosas.

Jesucristo:

1. Hijo, en muchas cosas te conviene ser ignorante, y estimarte como muerto sobre la tierra, y para quien todo el mundo este crucificado. A muchas cosas te conviene también hacerte sordo, y pensar más lo que conviene para tu paz. Más útil es apartar los ojos de lo que no te agrada, y dejar a cada uno en su parecer, que ocuparte en discusiones vanas.

Ante una discusión sobre algo que no estamos de acuerdo es mejor callar, y si te presionan para que pelees tu opinión simplemente hay que decir: “Yo pienso diferente, pero si eso crees tú, respeto tu creencia”.

El Alma:

2. ¡Oh Señor, a qué hemos llegado! Lloramos los daños temporales, por una pequeña ganancia trabajamos y corremos; y el daño espiritual nadie lo toma en cuenta, y a veces tarde lo recordamos. Por las cosas que poco o nada valen, nos preocupamos mucho; y por lo que de verdad es necesario, nadie le pone interés, porque todo hombre se va a lo exterior, y en vez de volver a su interior, con gusto sigue envuelto en lo externo y pasajero.