Basado en mi experiencia ministerial, pienso que la mayoría de los creyentes son solo creyentes y bautizados pero no son discípulos de Cristo, porque no han tomado un compromiso serio de seguirle, de obedecerle y de fincar su Reino por medio de la Iglesia.
No es que todos sean gente mala, simplemente no han escuchado el llamado o lo han ignorado, a tener una amistad íntima con Dios y a comprometerse con la Misión de fincar su Reino con los talentos que nos dio.
Es por eso que muchos creyentes solo hacen oración de petición cuando tienen una necesidad, pero ignoran a Dios la mayor parte del tiempo. Estas oraciones no son escuchadas o atendidas por Dios con la misma atención que escucha las de sus ovejas, las de sus hijos, que son aquellos que sí toman en serio a Dios y diariamente tratan de hacer su voluntad.
Recuerda que seguir a Dios a mi manera es NO seguir a Dios; o lo sigo a su manera, a como Jesús nos enseñó o no lo estamos siguiendo aunque estemos bautizados y asistamos a una iglesia, o nos queramos convencer que estamos bien.
Las oraciones que Dios escucha son las que son inspiradas por el Espíritu Santo, y esta inspiración es dada a los que oran y se esfuerzan por obedecer a Cristo. Meditemos lo que nos dice la revelación de Dios:
Rom 8:26 Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu Santo acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, no sabemos cómo orar,pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.
8:27 Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.
Gal 4:6 Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: "¡Abba! ¡Padre!"
4:7 Así que ya no eres esclavo sino hijo; y como eres hijo, Dios te ha hecho también heredero.
4:8 Antes, cuando ustedes no conocían a Dios, eran esclavos de los que en realidad no son dioses.
1Co 12:3 ni nadie puede ni siquiera decir: "Jesús es el Señor" si no es movido por el Espíritu Santo.
